Hoy
hablaremos nuevamente del tema de Mayordomía, la semana pasada estuvimos
hablando de cómo administrar mejor nuestros talentos y dones. Hoy para
continuar hablando de Mayordomía nos enfocaremos en la buena o mejor
administración de nuestros recursos económicos, una de las áreas de nuestra
vida en la que debemos ejercitar más una buena mayordomía es en nuestras
finanzas.
Para
entender que verdaderamente todo le pertenece a Dios primero debemos entregar
nuestra vida a El, luego nuestra mente y corazón dispuestos a ser entregados al
Señor y luego la entrega de nuestros recursos y posesiones.
De
este tema muchos tenemos conocimiento y lo practicamos pero de vez en cuando es
bueno recordar que hay varias formas de poder entregar nuestros recursos
económicos al Señor, pero las más importantes en la palabra de Dios son:
1.
El diezmo 2. Ofrenda
1.
Primero
hablaremos del Diezmo:
La palabra Diezmo viene de la palabra hebrea "maaser" o "maasrah", que traduce
Diezmo, o una décima parte. Dar el
diezmo a Dios es un acto voluntario, un pacto entre Dios y nosotros, Dios lo
posee todo y nosotros somos solamente administradores de lo que EL nos da. El
propósito de Dios es que nuestro corazón nunca esté centrado en lo que Dios nos
da, sino en El, qué es quien nos lo da.
Cuando venimos al
Señor entregamos nuestra vida y nuestro corazón, las cargas, los problemas todas
las adversidades de nuestra vida las ponemos a sus pies, entregamos fácilmente
todo lo que no nos gusta, todo lo que nos oprime y lo que no nos beneficia pero
entregar el diezmo prueba nuestro corazón, porque no es aquello que no queramos,
sino es tener en nuestras manos algo que puede ser usado en necesidades, deseos
o hasta caprichos o por el contrario entregarlo al Señor, reconociendo nuestra
dependencia total de El y no del dinero.
La
cita bíblica que más recordamos respecto al diezmo está en
Malaquías 3:10 donde dice “Traed todos los DIEZMOs al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”, esta escritura dice traed TODOS, no algunos, no los que están bien económicamente, no los que este mes no tienen otros pagos, sino TODOS y luego dice probadme en esto, EL Señor nos reta a probarle porque quiere que nuestro corazón se desprenda de lo material y entregue esa décima parte. El problema es que mucha veces no vemos el 90 por ciento de lo que si podemos tener y que Dios también nos lo ha dado sino que centramos nuestra mirada en ese pequeño 10 por ciento y nos duele entregarlo, recordemos que donde esta nuestro tesoro allí está también nuestro corazón.
Malaquías 3:10 donde dice “Traed todos los DIEZMOs al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”, esta escritura dice traed TODOS, no algunos, no los que están bien económicamente, no los que este mes no tienen otros pagos, sino TODOS y luego dice probadme en esto, EL Señor nos reta a probarle porque quiere que nuestro corazón se desprenda de lo material y entregue esa décima parte. El problema es que mucha veces no vemos el 90 por ciento de lo que si podemos tener y que Dios también nos lo ha dado sino que centramos nuestra mirada en ese pequeño 10 por ciento y nos duele entregarlo, recordemos que donde esta nuestro tesoro allí está también nuestro corazón.
Podriamos hablar un programa completo acerca de ser buenos
administradores de nuestros recursos económicos a través de nuestros diezmos,
pero hoy recordaremos también que la palabra de Dios nos habla de ofrendar, que
es nuestro segundo punto.
2.
OFRENDAR
La ofrenda también es una
expresión de gratitud a Dios. Existen muchas citas bíblicas hablando de las
ofrendas, pero hay una cita bíblica que vale la pena mencionar y está en 1 Corintios 16:2: y dice “Cada primer día de la semana cada uno
de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado”, las ofrendas no es lo
que nos sobra ni lo que nos falta, la ofrenda nace de un corazón agradecido al
Señor por todo lo recibido, al igual que el diezmo Dios prueba nuestros
corazones cuando nos desprendemos de lo que según nosotros es nuestro y lo
entregamos voluntariamente a EL. La palabra habla de las ofrendas como entregar
algo, según hayamos prosperado. El único propósito de ofrendar es una vez más
desprender y no aferrar nuestro corazón a lo material sino al Señor que es
quien nos da las fuerzas, la provisión, el trabajo y todo para poder tenerlo.
Sean diezmos o sean ofrendas hay 4 claves que veremos rápidamente y que
pueden servirnos para diezmar o para ofrendar.
En
2 CORINTIOS 9:7, el cual dice así: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con
tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”
1. “Cada uno dé como propuso en su corazón.”
Primera clave PROPONER en nuestro corazón dar y luego darlo, propuso es
sinónimo de decidió, resolvió, determinó en su corazón, no podemos vivir mes a
mes sin dedicar un tiempo al Señor y ver qué es lo que recibimos y proponer en
nuestro corazón qué es lo qué debemos dar al Señor y cumplirlo.
2. “No con tristeza”. Segunda clave, el no dar
con tristeza, la tristeza incluye también la preocupación, la desconfianza, la
duda el sentimiento de apego a algo que no es nuestro, cuando nos entristecemos
entregando algo, es porque lo creemos nuestro, debemos dar sin tristeza en el corazón.
3. “Ni por necesidad”. Tercera clave, NO DAR POR
NECESIDAD, dar por necesidad, es dar en el sentir “tu me das yo te doy o yo te
doy porque tu me vas a dar”, el dar lo que Dios ha puesto en nuestro corazón no
debe incluir una condición, necesito darle a Dios porque sino cumplo el no me
bendice o no me devuelve, dar por
necesidad puede ser por obligación, necesito
tener un testimonio y necesito guardar un estatus como cristiano pero realmente
en el fondo de mi corazón lo hago por suplir esa necesidad y no por amor al
Señor.
Y por ultimo…
4. “PORQUE DIOS AMA AL DADOR ALEGRE.” Esta es la
promesa final a las 3 anteriores, entrego lo que he propuesto en mi corazón
dar, no lo doy con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al que da
alegremente, el corazón de Dios se goza al ver a sus hijos no aferrados a nada
ni a nadie sino a El, yo quiero que Dios se agrade al verme porque doy
alegremente, no es solamente dar por dar sino es dar ALEGREMENTE, cuando
estamos alegres o felices de dar algo es porque estamos convencidos que es lo
justo, lo bueno, lo damos a quien amamos profundamente y nuestro corazón está
feliz de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario